Colaboraciones

Para mí, la inteligencia artificial no es un proyecto individual, sino profundamente colectivo. Todo lo que he ido construyendo en este camino nace del intercambio constante con otras personas: de las conversaciones, las dudas compartidas, los debates que nos obligan a pensar más allá de lo evidente. He tenido la suerte de aprender cada día junto a colegas y compañeras que aportan miradas diversas y complementarias, haciendo que la IA deje de ser una abstracción tecnológica para convertirse en una herramienta humana, útil y con propósito.

Desde las compañeras de la USAL hasta los colegas de la Complutense y la Autónoma de Madrid, cada colaboración, cada discusión y cada idea puesta en común ha sido una pieza fundamental para dar forma a este proyecto. Gracias a ese trabajo colectivo —a veces discreto, otras apasionado— la IA va encontrando su lugar, no como un fin en sí mismo, sino como un medio para pensar, enseñar y transformar. En ese proceso compartido reside, precisamente, su valor más grande.